No me gustan las vacaciones

Lo reconozco, soy rara. Por muchas cosas, pero entre ellas: porque no me gusta el concepto “vacaciones”. No lo entiendo.

¿Qué son las vacaciones? ¿Por qué trabajar todo el año amargado para poder disfrutar de unos pocos días al año?

Me planteo muchas dudas aquí:

• ¿Por qué no trabajar en algo que no te suponga estar amargado todos los días?
• ¿Por qué no tratar de mejorar tu vida para disfrutar de más días libres?
• ¿Por qué algunos ven las vacaciones como sinónimo de simplemente no hacer nada?
• ¿Por qué es obligatorio querer tener vacaciones en verano?
• ¿Por qué no hay anuncios que promuevan “vivir más y mejor” en vez de “esperar las vacaciones”?

Reconozco mi rareza, pero me encanta elucubrar sobre esto. Lo comenté con mis amigas y lo raro que se me hacía viajar sin llevarme el ordenador.

¿Deseo u oportunidad?

Con las opiniones de todas, noté que muchas veces el binomio deseo-oportunidad no es directamente proporcional.

Aunque influyen muchos factores, no me convence reducirlo a:

• “No es lo mismo que sea tu empresa que estar contratado”.
• “Depende de la capacidad económica”.
• “Si te gusta mucho trabajar y no puedes dejarlo…” 😂

¿Qué opinas? ¿Es solo cuestión de tu contrato y tu bolsillo? ¿O influyen más motivos?

La vida no es de color de rosa, pero cambiar lo que sí depende de ti, sí. Quejarse está bien, pero como dice mi abuela Flor: el movimiento se demuestra andando.

¿Y si fuera como elegir broker?

Es como si un inversor elige un broker solo porque le da dividendos:

¿Todo el año invirtiendo amargado con malas condiciones, solo para que cuando repartan beneficios el broker te los dé?

Por favor. Por – fa – vor.

Reflexión final

No se trata de querer vivir como Cristiano Ronaldo desde el sofá de casa, pero sí de reflexionar: ¿estás construyendo una vida que no necesite vacaciones para huir?

Este artículo nació como email enviado a los suscriptores de la Newsletter, y por la gran cantidad de respuestas decidí compartirlo aquí.

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